Guía exprés de Granada. Dos & Don’ts
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DOS
Cenar un restaurante de la cuesta de las Tomasas con vistas a la Alhambra es un capricho que vale la pena permitirse. Nosotros elegimos Carmen de Aben Humeya y, a pesar de que nos tocó lidiar con un temporal inaudito y de ir con un bebé de cinco meses, lo disfrutamos como buenos guiris. Servicio y entrantes de diez. Quizás como única pega, el plato de rape, regular.
Desayunar en plaza Universidad. Alrededor de esta plazuela de encanto no excesivamente turístico hay varios sitios cuquis donde empezar la mañana, como el Baraka, aunque nuestro favorito es la terraza del Coffe Shop Dancing. Lugar sin pretensiones que ofrece una carta repleta de infusiones, tostas (tradicionales y de autor), todo tipo de bizcochos, zumos naturales y, de nuevo, una atención que te crees que son tus colegas de toda la vida.
Visitar el bar de Eric. Pues eso, el bar de Eric de los Planetas es un ya un clásico donde tomarse el vermú acompañado de quesadillas, bocadillos o de sus ya típicas roscas. También es un lugar de peregrinaje pop con sus paredes repletas de memorabilia indie, fotos de músicos colegas y ese encanto del rock granadino. Pero otra vez, lo mejor, la atención de Guille y el resto de camareros del local.
Una sobremesa en el Botánico. No muy lejos se encuentra esta cafetería/restaurante de aspecto anodino pero con una mano para los postres celestial (nos dicen que también con la comida). Aún se me cae una lágrima recordando su crumble de manzana con helado de vainilla.
Vermutear en el Bar Soria. Un clásico para la previa de los sábados con peligro de alargarse indefinidamente. Lo entiendes en cuanto conoces a Fran, personaje entrañable y adorado por el faranduleo local y los parroquianos del centro. Abierto desde 1965 ha cambiado su ubicación de plaza Trinidad a Laurel de las Tablas, pero mantiene intacto su encanto.
Visitar algun local con solera como el Oliver, un antiguo ultramarinos que lleva en pie desde 1850 (aquí se atendía a los que llegaban con cartillas de racionamiento en tiempos de Guerra Civil y posguerra, por ejemplo), ahora especializado en frutos secos, vinos y chocolates. También la cordelería espartería San José o la cuchillería Núñez Ruiz.
Comer en el restaurante Chikito. Fuera de la zona mas turística se ubica este restaurante, en el mismo lugar donde una vez estuvo el bar Alameda, lugar de encuentro de las tertulias literarias ‘El rinconcillo’ de las que formaban parte Lorca o Manuel de Falla. Fundado por el jugador de fútbol argentino Luis Oruezábal, hoy en día es un restaurante típico, lleno de fotos de artistas y buena carta, aunque quizás no tan buena como merecerían sus precios.
Ir a un espectáculo de flamenco en el Sacromonte. ¿Que vas a tener que aguantar a turistas? Claro, pero perderte un espectáculo así solo porque va a haber otros como tú sería una pena. Elige, si puedes, Los Tarantos.
Alojarse en Bibo Suites. Pequeña cadena de apartahoteles con ubicaciones en el Albaicín, Plaza Nueva, Gran Vía. Comodidad, diseño y ubicaciones inmejorables.
DON’TS
BODEGAS LA MANCHA
A pesar de que hace tiempo que escapamos de los locales adyacentes a Plaza Nueva, fuimos a bodegas La Mancha porque lo recomendaba Soleá Morente en un reportaje de la guía Repsol (es así). No se le puede negar el encanto de taberna del sur, con una enorme fachada completamente labrada en madera digna de ver, pero a partir de aquí difícil apreciar nada más entre hordas de turistas y estudiantes. La comida tampoco mejora la experiencia, croquetas, bocadillos y raciones que si algún día se ganaron la fama de clásicos no fue desde luego con los mismos ingredientes que usan ahora. Lo mejor, de nuevo, unos camareros simpatiquísimos sin pretenderlo, porque lo que para ellos es malafollá para una de Galicia es simpatía loca.
BODEGAS CASTAÑEDA
Del mismo dueño que bodegas La Mancha sigue el mismo patrón de local con encanto pero turístificado hasta robarle el alma.
CALLE ELVIRA
Solo recomendable si tienes 28 años y estas en la despedida de soltera de tu amiga del cole. Bueno, ni con esas.
LOS MANUELES
Hasta cuatro restaurantes Los Manueles se pueden encontrar por el centro de Granada con el mismo lema, «desde 1917». No dudamos de que algún momento fuesen tan auténticos como aseguran, pero ese momento no es ahora.
*En cualquier caso, ninguna equivocación es demasiado grave en Granada e incluso las que lo son, pueden resolverse con una nueva visita…